Tras un duro dia de trabajo, haciendo frente a una resaca brutal (consecuencia de una agitada noche de cervezas con el Teniente Midwest) el Cacique Mapache se preparaba para pasar un fin de semana dejandose la plata en la capital mundial del poker, el Lap Dance y el midnite-marriage.
Antes de apagar su ordenador se despidio de su colega el Samurai Empalador Omnivoro que desde la capital de la Argentina le deseo suerte jugando al cinquillo.
Del trayecto en taxi apenas se entero. Lo paso disfrutando una siesta divina, fulminante de la que no salio hasta llegar al aeropuerto.
Nada mas salir del taxi, con la mitad de la baba siestera pegada a la cara (la otra mitad se habia quedado en la tapiceria del auto) constato que algo faltaba en sus bolsillos. El movil. Cual buen Mapuche se volvio raudo para detener la limosina pero esta ya se habia dado a la fuga. Redios!
Miro el reloj. Las 4. El vuelo salia a las 5. Justito pero Ok.
Entro a paso ligero en el aeropuerto y se dirigio al mostrador de la aerolinea. Una fila cisterciense y de unas 100 personas se interponian entre Cacique Mapuche y los bustos parlantes...
(continuara)
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