Sunday, April 29, 2007

De rusos, drogas y espias


The falcon and the snowman 1985 131 mins

Una crisis de fe saca a Christopher Boyce (Timothy Hutton) del seminario en el que se preparaba para entregar su vida a Dios. De vuelta en la casa de sus padres, no tarda en encontrarse con su amigo de infancia Daulton Lee (Sean Penn). El hobby de Daulton consiste en bajarse a México a pillar droga para poder llenar su bolsillo y su nariz ( y no precisamente en este orden).

Christopher comienza a trabajar como becario en un centro de comunicaciones de la CIA y claro, en breve encuentra evidencias de los desmanes de la agencia mas famosa de la gran pantalla. Y como la película tiene lugar en los 70, donde la conciencia política y el amor libre campaban a sus anchas a Christopher no se le ocurre mejor idea que comenzar a vender secretos a los rusos.
Pese a desaprobar los usos y costumbres de su narcotizado amigo, Christopher no tiene mas remedio que requerir sus servicios como correveidile entre Los Ángeles y la embajada soviética en Ciudad de México.

Y a partir de ahí todo se complica en un película de espionaje que nunca se podría hacer en nuestros días. O acaso imaginan a Leonardo Dicaprio vendiendo secretos a Irán motivado por las tropelias yankees en Irak. Pues eso.

Dirigida con pulso firme por el a veces interesante John Schlesinger (Marathon Man, Midnight Cowboy, Pacific Heights), es todo un peliculón, a pesar de estar marcada por el siempre peligroso sello “basado en hechos reales”.

Sin explicacion aparente, en Spain se la conoce bajo el videoclubero titulo de “El juego del halcon”. No os la perdais.

Saturday, April 28, 2007

Libro Negro, espectador blanco



Tras una matanza perpetrada por las tropas nazis en la que fallece toda su familia, la joven judía Rachel Stein es acogida por la resistencia holandesa. Apropiadamente teñida de rubio en todas sus regiones capilares se infiltra como espía en el gobierno de la ocupación para acabar enamorada de un capo de las SS. Si te parece chocante, ponte el cinturón de seguridad. Bienvenido al planeta Verhoeven.

Tras la espantosa “The Hollow Man”, Verhoeven vuelve a lo que nos tiene acostumbrados: provocación, violencia, motivaciones oscuras y el mal como algo con lo que tenemos que convivir.

Con una estructura de cliff hangers sucesivos e imparables, ZwartBoek es una montaña rusa argumental que no deja respirar al espectador. Como si un episodio de Alias se tratara no deja de quitar la alfombra de debajo de nuestros pies catapultando a Rachel a peligros sucesivos y cada vez mas amenazantes. Hasta el punto de que cuando el fin de la guerra llega, todo se vuelve mucho mas peligroso para la protagonista.

Lejos del relativismo moral, Verhoeven apuesta por la complejidad del ser humano frente al monolitismo de los bandos. Y en esa apuesta nos ofrece un campo de discusión interesante y diverso.

Demasiado travieso para el publico de masas, Paul Verhoeven hace lo que yo creo podría ser el patrón del cine europeo: con el ritmo y “craft” americano (ojala hubiera mas peliculas tan trepidantes Zwartboek) pero envenenado de una dualidad, y un gusto por la provocacion europeos. Ah, y ni rastro del pesado buenismo de Goodbye Lenin o La vida de los otros, por citar dos eurohits recientes. Por cierto Sebastian Koch (ZwartBoek, La vida de los otros) con su buen hacer, se esta haciendo experto en interpretar la redención del pueblo alemán a un lado y a otro del muro de Berlín.

En resumen, una vuelta a la forma de uno de los directores mas interesantes de los 80/90
que añade otro titulo a su mas que sólida filmografía.
Probablemente junto a El Pianista la mejor película sobre la convivencia con esos fascinantes tipos de uniforme gris, botas de cuero negro y extracción racial superior. Solo que en este caso te puedes dejar el pañuelo en casa y sustituirlo por un tambor de popcorn.

Thursday, April 26, 2007

De Laurentiis: El productor de las galaxias (II)


Tres años mas tarde, en 1983 el para entonces mas que adinerado propietario del rancho skywalker, cierra su trilogía con una autocomplaciente tercera parte plagada de concesiones al sector mas joven de la audiencia.

De Laurentiis decide contraatacar de nuevo, y tira la casa por la ventana. Contrata a un joven director de cabellos revueltos responsable de la película mas bizarra y rompedora del momento: David Lynch. Con el único bagaje a sus espaldas de Eraserhead y Elephant Man, Lynch se embarca rumbo a México para rodar una superproducción ideada para hacer caer en el olvido a la trilogía de Lucas.

Cientos de extras, unos decorados barrocos e inigualables, estrellas del pop (Sting), viejos conocidos(Max Von Sydow de nuevo), y lo que seria gran parte del posterior elenco habitual de Lynch ( Kyle McLachlan, Freddie Jones, Brad Douriff) se ponen manos a la obra de lo que llegaría a ser el mejor y mas fascinante despropósito de la historia del genero: Dune.

La serie de novelas había cosechado un gran éxito pero Lynch, se pasa por el arco del triunfo la estética descrita en los libros y la lleva a su terreno: Un planeta desierto recorrido por descomunales penes gigantes, un malvado que trama sus planes desde un planeta-matadero-consulta dental coleccionando enfermedades, la cofradía, sacada a fuerza de cirugía pesada de las entrañas palpitantes del expresionismo alemán, el emperador y su cohorte “Sissy emperatriz”, los ojos azules, Silvana Mangano dando yuyu con sus cameos…
La única palabra que se me ocurre es ESPELUZNANTE.

Y de nuevo resulto ser un estrepitoso fracaso. Si bien a largo plazo ha resultado ser una película de culto, a corto plazo al menos permitió que Lynch pudiese rodar con la producción de De Laurentiis la importantísima Blue Velvet (1986).

Es innegable que a pesar de las evidentes diferencias entre ambas películas se detectan los valores de producción de De Laurentiis: los decorados, los trajes, la presencia de actores europeos, la apuesta por directores sólidos/innovadores, etc.

Pero hay algo mas que une a ambas películas de una forma mucho mas intima. Mientras Lucas hace avanzar el genero renovando su apariencia estética, De Laurentiis hace una apuesta mucho mas interesante. Decide pervertir el genero desde dentro. Coge el molde de la fantasía camp y lo retuerce trufándolo de sexo y apuestas estéticas dignas de un sueño humedo del Joker.

Eso si, con claras diferencias:
Lo que en Flash Gordon es calenton recreativo, en Dune se torna en sexualidad corrupta. El ubermensch de manual en Flash Gordon se refleja en un mesias oscuro con problemas edipicos en Dune. Ming pasa a ser el Barón Harkonnen, compendio del monstruo Lynchiano atrapado en un mundo de dolor y de pulsiones homo eróticas.

En pocas palabras, si pones Flash Gordon fuera de la nevera y dejas que se pudra durante una semana al calor del verano te encontraras una película llena de gusanos que se llama Dune.

Visto desde la distancia, lo único que consiguió Lucas es infantilizar el genero y crear las aburridas “family movies” que campan a sus anchas en la cartelera actual. De Laurentiis consiguió crear dos totems en el mausoleo de las películas incomprendidas.

Yo lo tengo claro. De Laurentiis lava mas blanco.

De Laurentiis: El productor de las galaxias (I)


Momento? 1976
Lugar? Una galaxia muy lejana donde la profesión menos rentable es la de afilador.

El propietario del rancho skywalker pulveriza las taquillas y las mentes de margarita de los espectadores con una película en la que la funcionalidad destroza de un plumazo la implausabilidad habitual de la ciencia ficción de aquel momento. Para ello se limita a sablear las películas de la segunda guerra mundial sustituyendo la parafernalia nazi por la Imperial y rodando los combates aéreos con fondo negro. Un par de toques místicos aquí y allí, ausencia de connotaciones sexuales y unos protagonistas sacados de una película de instituto (el buen chico, el malo y la niña pija) completan la receta.

En 1980, el propietario del rancho skywalker repite la jugada (esta vez solo como productor) añadiendo un conflicto generacional sacado del Hola, un tahúr con chaleco para atraer a las minorías étnicas reticentes y un final de continuara propio de un episodio de LOST.

Dino de Laurentiis, que había perdido el tren de la primera entrega, decide contraprogramar con lo que espera que sea su propia franquicia espacial.

Para ello contrata al siempre sólido Mike Hodges (Get Carter, El hombre terminal) y crea el segundo mejor y mas apasionante despropósito de la historia del cine de ciencia ficcion: Flash Gordon.

Quien mejor que un actor de saldo con jeta de estrella del porno en horas bajas (Sam Jones) para interpretar a Flash Gordon. Max Von Sydow, a años luz del planeta Bergman, se trasviste de un Ming con problemas de priapismo. Ornella Muti hace de dama, dama de alta cuna y de baja cama, paseando su entrepierna por los planetas que hagan falta. Para completar el reparto, Topor y el James Bond mas peregrino: Timothy Dalton.
Una estética barroca e imposible hecha con lava-lamps, ciudades voladoras, rayos dorados, los trajes mas ceñidos de la historia de la sci-fi y la canción que hubiera podido ser el hit de la década completan el conjunto.

Con todos estos elementos construye una space-opera que no se toma en serio a si misma y que permite al espectador disfrutar de ese ambiente de viaje de fin de curso que empapa la película.

La doble lectura sexual del film culmina con la penetración literal de Ming por Flash Gordon.

Aquí no hay aparatosos imperios inexplicables ni rebeldes con cara de chipirón ni planetas de ositos de peluche clamando por la independencia. En cambio la dosis de cuero, licra y latex ajustado es mas que generosa. Haciendo juego con el atuendo, no hay leit-motiv que no sea sexual. Bueno, quizás Flash sea la excepción pero como es bueno, rubio y americano puede darse al picoteo lubrico mientras atiende su objetivo principal: salvar la tierra.

La idiosincrasia claramente sexual de este film se podría explicar por el único gran éxito previo de De Laurentiis en el genero fantástico: Barbarella.

Basado en el comic homónimo de Jean-Claude Forest e interpretado por la entonces aterciopelada Jane Fonda, narraba las singulares aventuras sexuales de una amazona intergaláctica a la búsqueda del genio Duran Duran.

Escenarios recargados, estética camp a raudales y la presencia exuberante de Fonda habían redundado en un generoso éxito en las taquillas.

Reformulando la formula sexo & sci-fi, De Laurentiis esperaba conseguir la alternativa al universo Lucas.
Sin embargo Flash Gordon fue un fracaso de critica y publico que jamás dio pie a la esperada secuela.

Pero no adelantemos acontecimientos. Pese a los sin sabores comerciales, De Laurentiis no se rinde…

(continuara …)

Tuesday, April 24, 2007

Desproposito del martes


Soy la polla sideral
Viajo por las estrellas a velocidad inusual
Solo tengo un ojo pero me da igual
Todo lo que veo es insustancial

Pelicula favorita? Bailando con Lobos.
Disco? De niña a mujer.
Libro? Los pilares de la tierra.

Thursday, April 12, 2007

So it goes


Otro grande nos deja: Kurt Vonnegut, autor de Cat's Craddle, Breakfast of Champions y Matadero 5 ( o La cruzada de los niños).
Antimilitarista y humanista convencido sus novelas se hicieron populares entre los movimientos antisistema americanos de los 60.

Su novela mas famosa, Matadero 5, es una reflexión autobiografica e imprescindible sobre el horror de la guerra y la memoria.
Atrapado en su propia memoria Billy Pilgrim pasa de un momento a otro de su vida, sin saber cual va a ser el siguiente.
Así, escenas de la 2a Guerra Mundial, se cruzan con su infancia, su muerte o su estancia en un zoo del planeta Trafalmador
junto a una estrella del cine porno configurando una sátira magistral sobre el siglo XX.


Sin lugar a dudas, Matadero 5 es una de esas novelas que "hay" que leer para comprender el mundo en el que vivimos.
Y no conozco mejor forma de ser recordado que esa.

Wednesday, April 11, 2007

Soprano Home Movies


"Soprano Home Movies" abre la ultima temporada de Los Soprano con un viaje de fin de semana familiar.
Carmela, Tony, la hermana de este, Janice, su pareja Bobby y su hija pasan unos días en un lago cerca de la frontera canadiense.

Durante la mayor parte del tiempo asistimos a comilonas, paseos por el bosque, en barco, sesiones de karaoke, partidas de Monopoly, en las que los 4 personajes se limitan a disfrutar de sus bucólicas vacaciones. Tambien asistimos a alguna que otra puñalada trapera entre ellos que aprovechan para saldar viejas cuentas, entre bromas y copas. Y claro esta, la tension entre ellos aumenta convirtiendo la apacible cabaña en una olla a presion sacada de un sueño primaveral de Polansky. Cuando las emociones estallan, lo hacen con unas posibilidades de repercusion inauditas en una pelicula de dos horas.

Esta es una de las diferencias entre el cine y la TV.El relativamente nuevo formato de las series de TV,iniciado por Twin Peaks, en el que la historia continua semana tras semana, permite desarrollar los personajes teoricamente "ad-infinitum". Asi, estos dejan de parecernos simples mafiosos para ser padres, hermanos y amigos con un pasado sobre sus hombros. En el caso de los Soprano, somos capaces de "saber" lo que piensa Tony hasta el punto de temer la repercusion de sus decisiones. Este episodio es un buen ejemplo de ello. El plano de Tony sentado en una silla frente al lago, recapacitando que hacer no es un plano vacio. El espectador no tiene mas remedio que repasar el pasado y meterse en la piel del capo, pensando con el, sufriendo con el.

El mayor inconveniente de este formato es el rito de paso. Engancharse a una serie en curso supone ser capaz de subirse a un tren en marcha donde el resto de los viajeros conoce vida y obra del revisor, el maquinista o las azafatas. En cualquier caso (gracias series de TV en DVD!!!), una vez superado ese rito de paso mediatico nos encontramos con relatos de ficcion de una profundidad insospechada en otros medios.

Solo quedan ocho episodios de Los Soprano. Tras 6 años de honestidad y contundencia esta serie se despedira para siempre.Y si este episodio es representativo de lo que va a ser el canto del cisne de Los Soprano, me quito el sombrero y me pongo un casco. Magistral.

Sunday, April 8, 2007

Mojado me levanté



The Fallen Idol 1948 95 mins

Odio las películas con niño. Lo reconozco.
Así que cuando encuentro una que me gusta no tengo mas remedio que redondear hacia arriba para hacer mas objetiva la valoración.

El escenario de The Fallen Idol es una lujosa embajada en la que el hijo del embajador es el espectador de un triángulo pasional entre el mayordomo, su mujer y su amante.

Con esta premisa, Carol Reed destila una historia de tintes freudianos. El mayordomo ejerce un rol paterno sobre el niño a base de atención y fantásticas historias sobre su pasado en Africa. El niño guarda una serpiente en la terraza con la que emula las correrías del aventurero chambelán.
La mujer de este es una fémina castradora, deseosa de pillar infraganti a su marido y de deshacerse del bífido compañero de juegos del chaval.

La historia sigue la clásica estructura del whodunit pero lo hace de forma muy interesante.

La primera parte de la película es vista con los ojos del niño pero una vez que la muerte entra en escena, el punto de vista vuelve a ser el de los adultos. Así es capaz de generar una tensión evidente ya que conocemos la verdad pero esta depende de la voluntad del chaval.

El minimalismo de la historia es ejemplar siendo capaz de desplegar un juego interesante y profundo a partir de cuatro personajes, una serpiente y una pistola.

The Fallen Idol es la primera colaboración entre Carol Reed y Graham Greene. A esta película le seguirían la fundacional The Third Man (1949) y Our Man in Havana (1959).

En resumen una gran película de Carol Reed en la que es capaz de insuflar originalidad a un genero manoseado.

Friday, April 6, 2007

Motivos ulteriores


Me hice terrorista.
Para que me dieran un piso.
Poco me importo que fuese franco.

Monday, April 2, 2007

Punto Pelota


El mecanismo por el que la ficción (sea esta cine, literatura, comics, teatro, etc) nos atrapa es la creación y frustración de expectativas.
Ante el hecho A, esperamos que ocurra B pero sin embargo acaba ocurriendo C. Así de sencillo y así de complicado al mismo tiempo.

Es indudable que ir al cine es a menudo una cuestión de paciencia ante la avalancha de películas formulaicas donde la única sorpresa es servida sin patatas por empresas de diseño 3D o efectos especiales.

Sin embargo sigue habiendo directores dispuestos a sorprendernos, lo cual es muy de agradecer.

El otro día volví a ver la negrísima Match Point. Ya de por si toda la película es una decepción de las expectativas tradicionales en las que "el crimen acaba pagando".
Pero además hay una escena en la que nos ofrece un icono que ejemplifica el resto del film.

Tras asesinar a su amante y así escapar de su chantaje moral, Chris Wilton simula el robo del apartamento de esta de manera que la policía no sospeche que se trata de un crimen pasional. Pues bien, huye con el botín y lo tira al Tamesis. Sin embargo un anillo rebelde permanece en su bolsillo. Lo coge con todas sus fuerzas y lo arroja contra el río. El anillo rebota contra la barandilla y en vez de caer al agua se queda en un banco del paseo.

En ese momento un TATE! mayúsculo invade al espectador. La imagen del anillo rebotando y cayendo del lado malo de la barandilla crea la expectativa en primer grado de que todas las evidencias no han desaparecido. Ahí esta. El anillo.
A un nivel icónico escenifica un ultimo esfuerzo fallido. A un tercer nivel y haciendo paralelismos con el titulo de la película, deja claro que la pelota no ha cruzado la red. Ni mucho menos.

Y efectivamente. Durante los siguientes 20 minutos vemos como hace frente a una investigación policial que se va cerrando poco a poco sobre su gaznate.

Y cuando esta a punto de claudicar, y nosotros con el, encuentran a un yonki con evidencias de haber robado el apartamento de su amante y de ser, por tanto culpable del crimen.

Cual es la evidencia? No puede ser otra. Tras usarlo como icono de su derrota , el anillo acaba siendo la llave de su libertad.

Storytelling de primera. Lo que nos hace ir al cine una y otra vez pidiendo mas.
Señor de los anillos? Woody Allen, por poner un ejemplo.